El mundo natural está lleno de sorpresas. Después de muchos años desde que se vio al último ejemplar del lagarto Pinocho y luego de conside...
El mundo natural está lleno de sorpresas. Después de muchos años desde que se vio al último ejemplar del lagarto Pinocho y luego de considerárse extinto, un grupo de fotógrafos e investigadores divisó a este pequeño reptil en Ecuador por tercera vez en una década y media.
Fueron los investigadores de Tropical Herping Paolo Escobar, Lucas Bustamante, Diana Troya y Alejandro Arteaga quienes pudieron documentar y fotografiar a este lagarto después de tres años de incansable búsqueda. Este animalito, también conocido como lagarto de cuerno ecuatoriano, se caracteriza por poseer una protuberancia parecida al cuerno de un rinoceronte que crece en la punta de su hocico y que recuerda al conocido muñeco de madera llamado Pinocho.
El lagarto Pinocho fue descubierto en 1953 y ha sido visto en varias ocasiones durante los 15 años que siguieron a ese momento. Sin embargo, luego de mediados de los ´60s no volvió a verse y se lo consideró extinto hasta su redescubrimiento en 2005 al costado de una ruta. Luego, los participantes de una expedición de Harvard compuesta por herpetólogos de Bélgica, Ecuador y Estados Unidos también pudieron divisar al animal en 2010, pero a partir de entonces no se supo más nada de él.
El lagarto Pinocho cuenta con un fuerte camuflaje que le ayuda a mimetizarse con el ambiente del bosque, lo cual le permite ocultarse de sus posibles depredadores y –al parecer- también de los humanos. Para dar con el perticular reptil, el equipo realizó las búsquedas durante la noche, ya que son más fáciles de encontrar en la oscuridad gracias a que su piel se vuelve de un color blanquecino pálido que facilita su detección si se ilumina con un farol.
“Es difícil describir lo que se siente encontrar este lagarto. El descubrimiento del lagarto Pinocho fue como descubrir un secreto, un secreto profundo. Lo hemos concebido como una criatura mitológica por años y por ello nuestro corazón se detuvo cuando Paolo gritó que lo había encontrado”, comentó Alejandro Arteaga. Y agregó: “Queríamos encontrarlo porque es una misteriosa y fantástica criatura que ha permanecido desconocida por casi todos los seres humanos durante décadas”.